Gloria y Laura en la Boutique Can-Can que echa el cierre
Adiós a una famosa boutique del centro de Valladolid con 45 años de historia: "Pagamos un dineral como autónomos"
El reconocido negocio cierra sus puertas después de muchos años de actividad. “Me da mucha pena”, asegura Gloria López Bezos, creadora de la marca y dueña.
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“Liquidación por cierre” es lo que se puede leer en el escaparate de otro de los comercios de proximidad, de los que hacen ciudad, en la Boutique Can-Can. Un negocio ubicado en la Plaza de la Libertad número 1 de Valladolid que baja la persiana por última vez y dirá adiós tras 45 años de gran actividad.
Aunque su cierre estaba programado para el pasado 25 de octubre, Gloria López Bezos, la creadora de la marca junto a su marido Manuel Gil, lo ha retrasado con el fin de que los últimos clientes que quieran asomarse al lugar puedan encontrar alguna ganga. Este viernes, 31 de octubre, la boutique dirá adiós definitivamente.
EL ESPAÑOL de Castilla y León se cita con ella, y con su hija Laura Gil López, que nos cuentan toda la historia de uno de esos negocios que trataba al cliente como único, y al que le daban una atención personalizada.
Muy lejos de eso que tanto se lleva ahora, lo de comprar a golpe de clic desde la oscuridad de nuestra habitación.
Cartel de la Boutique Can-Can
La vida de Gloria y la historia de la boutique
“Soy y he sido autónoma hasta el final de mi vida laboral. Mi trabajo, y mi profesión, siempre me ha encantado. Ahora toca echar el cierre y jubilarme. Tengo 68 años. Lo he alargado más de lo que correspondía”, asegura, en declaraciones a este periódico, Gloria López Bezos.
Vallisoletana, de las de toda la vida, ella era la quinta de cinco hermanos. La pequeña. Desde una corta edad siempre le apasionó el mundo de la moda. De hecho, quería ser modelo, pero nunca se atrevió “por vergüenza”, nos confiesa.
“En 1980 abrí, junto a mi marido Manuel Gil, la primera boutique Can-Can que estaba situada en un local de Portugalete que arreglamos, por dentro y por fuera. Cerramos, en 2013, y abrimos una segunda en la Plaza Libertad 1. Fue hasta 2016 que nos volvimos a mudar a esta tienda que ahora echa el cierre”, añade nuestra entrevistada.
Nos cuenta los 45 años de historia de una boutique que fue rompedora en su apertura, con cambio de concepto en la forma de vestir. Aún, a principios de esta semana, Gloria recibía a sus clientas con la mejor de sus sonrisas.
“Dos días”
“Yo trabajé en una empresa de tejidos y, por aquel entonces el que era mi novio, lo hacía como representante de moda. Se unían las dos cosas y abrimos la boutique. La competencia nos decía que íbamos a durar dos días y aquí hemos estado 45 años”, añade nuestra protagonista.
En la tienda que cierra sus puertas, la dueña del negocio siempre ha tenido el apoyo y la ayuda de sus dos hijas, Laura y Carolina, que le han ayudado en todo lo que han podido, porque ellas tienen sus respectivos trabajos.
Prendas en La Boutique Can-Can
“Por 1980, cuando abrimos, todo era muy básico. Nosotros dimos una vuelta y comenzamos a vender ropa desenfadada. Fue un auténtico boom. Tuvimos mucho trabajo e incluso vestimos a Juncal Rivero que hizo de modelo para nosotras”, asegura Gloria.
Laura Gil López, su hija de 32 años, que nos acompaña en esta conversación, explica que han vendido “todo tipo de ropa de mujer” durante estos 45 años, “incluidos complementos y ropa de fiesta”.
El cierre
“La previsión que teníamos en un primer momento era la de cerrar el 25 de octubre. Lo hemos alargado a esta semana y, ahora, la idea es cerrar de forma definitiva este viernes, 31 de octubre”, señala la dueña.
Su hija nos cuenta que “llegó a pensar en mantener abierto el negocio” pero “enfocado a la ropa para hombre”, sin embargo, las “cuotas de los autónomos” acabaron por echarle para atrás.
Gloria y Laura en el interior de La Boutique Can-Can
“Pagamos un dineral como autónomos. Deben de promover, desde las administraciones, la rebaja de cuotas porque, si no, cada vez van a aguantar menos comercios de proximidad como este. El futuro es complicado. Yo no podía ni tener vacaciones ni ponerme mala como autónoma”, explica la comerciante.
Ya no hay vuelta atrás. Gloria se jubila a sus 68 años. Merecido lo tiene. Sin embargo, va a dejar al centro de Valladolid huérfano de una boutique que contaba con un encanto propio y que era muy bien valorada por las clientas.
“Me da mucha pena. Hemos vestido a tres generaciones. A madres, hijas y nietas. He estado muy contenta aquí pero ahora me toca viajar, disfrutar del gimnasio, y hacer otras cosas”, finaliza la dueña de la boutique Can-Can.
Otro negocio vallisoletano que echa el cierre tras 45 años de historia.